jueves, 4 de agosto de 2011

El federalismo anti inmigración


Malos tiempos estos en los que nos ha tocado vivir a aquellos que aun creemos en España.

Y no hablo de ideologías, hablo del concepto de Pueblo, de Nación, hablo de algo que por encima de credos, de ideologías, de clases sociales o de patrias chicas, une a todos los miembros de una comunidad.

Sí, puede que muchos hayan olvidado lo que es, pero hablo de la Patria, de ese lugar común en que hombres distintos de un mismo Pueblo se encuentran en comunión y a su llamada son capaces de olvidar, o al menos posponer, sus diferencias para acudir como un solo hombre en su ayuda, con la certeza de que lo que se defiende está por encima de cualquier disputa, de cualquier diferencia.

Para aquel que lo quiera entender hablo del espíritu del Dos de Mayo, cuando Daoíz y Velarde, capitanes de artillería, se batieron el cobre hombro con hombro con modistillas y aprendices de mil oficios. Hablo de cuando en las calles de Madrid el noble ya anciano empuñaba el sable de algún glorioso antepasado y compartía parapeto con el modesto sastre que, a falta de un arma mejor, empuñaba con fiereza las tijeras propias de su arte. Y entre todos ellos no faltaron los presos de la cárcel de Madrid, que ante la llamada de la Patria salieron a las calles a luchar bajo palabra de honor de regresar a prisión terminada la jornada, como así hicieron.

El Dos de Mayo de 1808 en las calles de Madrid había un Pueblo, el español, que ante la llamada de la Patria supo responder como un solo hombre, y por encima de cualquier diferencia supo morir y matar como lo que eran, hermanos de sangre.

Pocas décadas han hecho falta para destruir buena parte de ese espíritu. Muchos han sido sus enemigos y pocos sus defensores. El internacionalismo de la izquierda que vino a enseñarnos que la tierra es del viento, el individualismo neoliberal en el que mientras a mi me vaya bien no me importa lo que les ocurra a mis compatriotas, los nacionalismos periféricos, el multiculturalismo, la mundialización, el marxismo cultural...

Y todos ellos se fortalecieron a la sombra de un régimen, de un sistema político diseñado específicamente para conseguirlo: un sistema federal creado para alimentar disputas y diferencias al que eufemísticamente llamaron “de las autonomías”.

Y es que el federalismo es a la Patria lo que el individualismo neoliberal es a los Pueblos.

Y cuando aquellos que seguimos considerándonos patriotas en estos tiempos ingratos creíamos haberlo visto todo, cuando creíamos que ya conocíamos todas las máscaras tras las que se ocultan nuestros enemigos, aparece una nueva cabeza de esta hidra de aliento venenoso contra la que nos batimos: el federalismo anti inmigración.

A la sombra del éxito electoral obtenido por Plataforma por Cataluña y ante la promesa de financiación comienza a fraguarse un engendro. Aun está por ver la forma que asume este último dislate político, pero todo apunta a una federación de plataformas que, inevitablemente, repetirá en el seno de su organización los males y los defectos de este sistema que nos esta destruyendo como Pueblo.

Por desgracia algunos patriotas se han dejado arrastrar por sus cantos de sirena. Unos, bien intencionados, otros meros arribistas que apuñalarían a su madre por una plaza de concejal. A estos últimos, los arribistas, no tengo nada que decirles, sólo mostrarles mi agradecimiento por sanear con su marcha las formaciones a las que pertenecían.

A los bien intencionados, les dejo unas preguntas que espero les hagan reflexionar. ¿Cuál será la definición de España de vuestra nueva casa? ¿La de concepto discutido y discutible? ¿Tendréis una definición por cada una de las plataformas? ¿Cuál será vuestro modelo de estado?

Mal negocio habéis hecho...

Afortunadamente, aquellos que seguimos creyendo en que nuestra fortaleza reside en la unidad frente al federalismo que, como dije anteriormente es a la Patria lo que el individualismo liberal es a los Pueblos, seguimos en pie dispuestos a luchar y más animosos y unidos que nunca.

Los hombres que componían las moras de Esparta, las falanges griegas, las legiones romanas, los tercios españoles, la guardia imperial de Napoleón o cualquier otra unidad que durante siglos supo enfrentarse y vencer a tropas muy superiores en número, tuvieron algo en común: individualmente no tenían por qué ser mejores que sus enemigos, pero eran sabedores de que su fortaleza residía en la cohesión inquebrantable de sus filas, capaces de resistir los envites de sus enemigos.

Creer que se puede defender a España dentro de una formación política que reproduce en su seno los mismos males que la corrompe es un desatino difícil de explicar y que sólo encuentra justificación en la ceguera que produce la fiebre del oro.

Una fiebre ésta del dinero capaz de cegar a algún incauto patriota hasta el punto de ver un aliado en una fuerza de corte independentista, partidaria del estatuto catalán que dinamita la igualdad entre los españoles, o de las selecciones deportivas de las autonomías en competiciones internacionales.

Y todo porque al ser anti islámicos ya se les supone aliados. ¿Si Bildu se declara anti Islam entrará en vuestra federación?

Afortunadamente, para la mayoría de los patriotas, la búsqueda de la tan deseada financiación sigue siendo sólo un medio para luchar por unos ideales. Es deplorable que para otros se haya convertido en un fin, y en su afán por encontrarla hayan perdido sus ideales.

Una vez alguien dijo: "No tengáis miedo a ser valientes". No importa cuántas cabezas tenga la hidra a la que nos enfrentamos. Ayer eran mil y hoy, con el federalismo anti inmigración, son mil y una. Tanto da que da lo mismo.

Una vez más no tengáis miedo de ser valientes, muchas veces han anunciado la extinción de los patriotas, pero le duela a quien le duela, entre el monstruo de mil caras y la extinción de nuestra Patria aun se interpone una legión, un tercio, una falange de hombres de honor que no se avergüenzan de sentirse patriotas.

Como dijo Ramiro de Maeztu: "La patria es espíritu. Ello dice que el ser de la patria se funda en un valor o en una acumulación de valores, con los que se enlaza a los hijos de un territorio en el suelo que habitan."

Es decepcionante que algunos que se dicen patriotas hayan podido confundir los valores de los que hablaba Ramiro de Maeztu con la financiación y el anti islamismo.

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