sábado, 26 de septiembre de 2009

Louis-Ferdinand Céline



Posiblemente se trata del más brillante de los escritores franceses del siglo xx. Su novela "Viaje al fin de la noche" por sí sola merecería su entrada por la puerta grande en el paraíso de los literatos inmortales. Controvertido como pocos, ni sus enemigos se atrevieron a cuestionar su talento.

Jean Paul Sartre escribe en 1946: “Tal vez Céline sea el único que permanezca de todos nosotros". Sartre, uno de los personajes literarios más miserables del siglo XX, el mismo Jean Paul Sartre que llegó a afirmar sobre las atrocidades de Stalin que era “una locura exponer los crímenes detallados de una personalidad que durante tanto tiempo ha representado el régimen y que no tiene más resultado que descubrir la verdad a unas clases sociales que en absoluto están preparadas para recibirla”. El mismo que como un perro rabioso, durante la depuración, reclamaba desde la prensa comunista más ejecuciones y más rápidas porque las miles de ejecuciones que se estaban produciendo no le parecían suficientes al furibundo comunista...

Pero volvamos e Céline que sin duda es mucho más digno de nuestra atención.

Cometió tres ¿errores? que pagó muy caros: no quiso entrar en la masonería, fue anticomunista y antisemita convencido llegando a decir :

“Francia es una colonia del poder internacional judío”

“Hitler no ha dicho nada contra los bretones o los flamencos. Nada de nada. Sólo se ha referido a los judíos, porque no le gustan los judíos. Tampoco a mí”

“Quien ha hecho más a favor de los obreros no ha sido Stalin, ha sido Hitler”


Ya durante la guerra, Radio Londres, portavoz de la Resistencia Francesa, ofrecía una recompensa por su captura, vivo o muerto. Al terminar la guerra El Consejo Nacional de los Escritores, vinculado con la Resistencia, divulgó una «lista negra» con doce autores colaboracionistas; él, desde luego, era uno de ellos.

Los comunistas de la Resistencia, ahora responsables de la Depuración, intentaron juzgarle con leyes retroactivas por libros escritos antes de la ocupación y por colaborar con el gobierno de Vichy, ignorando el hecho evidente y fácilmente comprobable de que dicho gobierno había prohibido sus libros. No pudiendo dar con él, alguna célula comunista “incontrolada” dio muerte a su editor, vil asesinato cometido el 2 de diciembre de 1945.

Céline huye a Dinamarca mientras las autoridades francesas reclaman su extradición para ser juzgado. El novelista permanecerá en una celda de la prisión de Vestre Faengsel (Dinamarca) durante 16 meses. Céline sale en libertad el 24 de junio de 1947con su salud muy quebrantada y regresa a Francia el primero de julio de 1951, se establece con su mujer y decenas de gatos y perros en Meudon donde fallece en 1961.

En una de las cartas que escribió desde la cárcel, fechada el 22 de marzo de 1946, Céline hace el siguiente comentario "Qué decadencia! Leo los periódicos con pasión. Veo que la nueva Constitución, que sustituye a la del 89, ¡ha sido redactada por un judío letón que apenas habla francés y un negro! Pero, ¡mejor así, por Dios! Hay que considerar a Francia como una tierra de emigración en masa, en cierto modo como Estados Unidos antes de 1900, donde todas las razas se mezclan y se las arreglan. No hay que ponerse ningún precio ¡Dios mío!, a esa corriente biológica fatal. Si no, ¡qué martirio te espera! ¡No hay que dárselas de pieles rojas recalcitrantes!¡Ni hablar!"

Como el tiempo ha demostrado, el antisemitismo de Céline era injustificado, sus predicciones erróneas y su martirio merecido.

“En este mundo vil, nada es gratuito. Todo se expía: el bien, como el mal, se paga tarde o temprano. El bien mucho más caro, lógicamente”

Louis-Ferdinand Céline

Céline falleció en Meudon en 1961, a los 77 (no dejó deudas pendientes, pagó con su sufrimiento cada gota de talento)... Descanse en paz.

1 comentario:

  1. No recuerdo ahora quién dijo algo así como: donde hay poca justicia es peligroso tener razón. Parece que este hombre lo sufrió en sus carnes. Como dices, DEP.

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